martes, 7 de junio de 2022

The Cad

 Illic cerró de golpe el viejo diario polvoriento, se quitó los guantes antes de tomar su cabeza con ambas manos y maldecir en once diferentes lenguas muertas, dejose caer de rodillas, la araña a su lado pensó en saludarle, pero sus patas faltantes le recordaban cuan propenso era su anfitrión a caer en vesanía, marchose sigilosa pero fue atravesada por las gélidas pupilas de su maestro, macabros reflejos de la luna llena que observaba impasible tras la ventana, paralizada como estaba, inutil fue escapar de la huesuda mano, hoy perdería otra parte de si nuevamente, lo sabía, pero Illic simplemente decidio mirarla sin emoción; camino a su escritorio y vertió una extraña savia sobre la pequeña criatura que empezó a retorcerse agónicamente.


Indiferentemente Illic dejó el bichó a su suerte y comenzò a trazar diagramas y notas sobre viejos pergaminos, sin darse cuenta su ojo izquierdo dió a luz una gota de brillante líquido azabache, pues sin notarlo sus diagramas se convirtieron en el retrato de una mujer, y con sus ojos vidriosos miró al viejo satélite en el cielo y tras un breve silencio musitó para si mismo "una vez  mas", recogió algunos papiros, caminó con paso firme haciendo crujir la vieja madera, sintió como una pequeña arañuela se posaba sobre su hombro con dos nuevas patas entumidas, descendió por los viejos escalones hasta el sótano de la torré donde una gran cantidad de frascos, maquinaria y grimorios le aguardaban junto al cuerpo marchito de una joven.

-Una vez mas- se le oyó decir

martes, 12 de abril de 2022

Keep your eyes on the prize

-Hace calor ¿no te parece?- dijo una silueta borrosa que el niño desfallecido a medio camino apenas notó, -¿no tienes sed?- preguntó el extraño, tomando la cubeta de agua junto al joven, dio un sorbo que a ojos del moribundo infante pareció durar eternamente, y con su boca aún chorreando ofreció al niño el agua; este le miró con miedo, era un chico listo, su madre le enseñó a contar, y el capataz que no importa cuan grande sea tu cerebro, si tu piel es oscura, beberse el agua para el baño de la señora era una mala idea.

-¡Vaya!, ignoraba que un látigo fuera mas doloroso que la sed, verás pequeño, no me gusta repetirme, ¿quieres un poco de agua?-: dijo la silueta ofreciendo el cubo, sin embargo el infante se negó, -inconcebible- espetó el extraño para luego vaciar la cubeta sobre el cuerpo moribundo del pequeño miserable, este le miró con ojos llorosos, intentando advertir a quien debía el suave alivio que sentía en ese momento, la niebla se desdibujó de la figura dejando ver un rostro moreno, de nariz aguileña y abundante barba, una cara con una sonrisa cálida, como si se tratase de un ángel, salvo que debía tratarse de uno caído, pues con su gentil rostro llamó al capataz y dijo: -Lo vi bebiendo del balde y cayó cuando me notó, ¿quizá unos veinte azotes le enseñaran?-

La luna se filtró por la pequeña ventana del calabozo, el chico se hallaba en un rincón, cubierto de su propia sangre, en silencio total, -¿te resistes a llorar?, eso está bien, las personas sin un poco de rebeldía en sus corazones, no merecen las libertades, y tu te niegas a ofrecer tus lágrimas a tus captores, ¿estaba buena el agua que te di?- sin notarlo, el extraño estaba frente a la puerta de su celda, todavía tenía esa sonrisilla infantil, pero el joven era listo, no perdonaría ni confiaría en ese hombre.

-¿Sabías que madame Eleanor se puso como loca al no poder bañarse antes de que el párroco Jameson llegara?, estuvo toda la tarde molestando a su marido, regañándole por comprar una plantación tan lejos del río, por dejarle sólo a los niños idiotas para sus labores personales, que de qué servía mandar a los fuertes a cosechar si ella no podía mantenerse presentable, que su madre tenía razón al oponerse al matrimonio, que su vida era un infierno ya que hasta un pequeño imbécil se daba un baño mientras su ama no era capaz, fue bastante divertido, en especial porque moría de vergüenza mientras el sacerdote la desvestía, debiste estar ahí.

-¿quién eres?, preguntó el muchacho, -Por ahora me llaman Jameson, un placer y todo eso-: contestó el aparente religioso, -te extendería mi mano pero tus cadenas no te dejaría estrecharla, ese tipo de cosas suelen ofenderme, y créeme, tu no quieres ofenderme-

-¿por qué no?, por ti me azotaron y me dejaron pudrirme aquí-gritó el muchacho con ira,

 -lo se, lo se, pero realmente me molestó que rechazaras el agua que amablemente te ofrecí, sin embargo, no es mejor ser azotado por los hombres al beber un poco de agua, que por el sol mientras desfalleces, cómo te llamas?-  preguntó el extraño mientras entraba en la celda y se ponía cerca del chico

-No tengo nombre-

-Eso es una mentira, todos los hombres libres tienen un nombre-

-¡¿te parezco libre malnacido?!-

-¿Con esa boca besas a tu madre?, probablemente no, ella debe estar muerta, ¿crees que el señor de la casa se coja los cadáveres de sus esclavas muertas, a mi me parece ese tipo de hombre.. ¿uh?- el extraño no alcanzó a terminar la frase,   el muchacho se abalanzó sobre él y le golpeo el pecho con un maltrecho pincho improvisado que planeaba usar cuando el capataz volviera, en un instante sólo hubo silencio, su madre le enseñó que matar era algo malo, pero los hombres malos la mataron a ella frente a sus ojos, él ya no era mejor que ellos,...

-chico, no está mal, pero debiste buscar las llaves de la cadena y huir, si no hubiera matado a casi todos estarías en problemas- dijo el extraño

-¿no te maté?

-de hecho, lo hiciste, tienes mucha puntería para ser un mocoso, incluso podrías ser doctor, perforaste mi negro corazoncito-

El niño estaba demasiado agotado para responder, simplemente se limito a lanzar una mirada cansada a su interlocutor

-calma mocoso, no voy a hacerte daño,  quería comprobar si realmente querías ser libre, y mírate, lleno heridas, cubierto de sangre y mierda, con un cuerpo pequeño y endeble, te lanzaste sin miedo a alguien mas grande, mejor alimentado (y guapo), si, le darías por culo a quien sea- el resucitado sonrió, y extendió su mano al niño, -vamos Lucien, tienes un mundo por ganar y nada que perder-

y consternado, el muchacho estrechó la mano del forastero, lo único que supo, fue que todo lo demás ardía.

lunes, 28 de marzo de 2022

Sin titulo

 -¿lo mismo de siempre?- preguntó el cantinero al pianista.

-Ya deberías saberlo- contestó este señalando un vaso de cristal vacío, ambos sonrieron discretamente, el pianista llebava catorce años asistiendo cada viernes de manera casi religiosa, como si de un ritual se tratase, señalando el mismo vaso, cosa extraña, pues el cantinero recordaba haberlo roto en al menos cinco ocasiones y de alguna manera, este aparecía siempre sobre la mesa los viernes en la noche, impoluto, con la misma pequeña grieta en el borde, sin duda algo extraño, casi tanto como el aspecto de su cliente, un hombre de mediana edad, con mirada cansada y sonrisa amarga, que al igual que el resto de si mismo, se negaba a poliformarse con el paso del tiempo, llevaba sirviendole al mismo rostro por casi una década y media, naturalmente sería motivo de alarma o cuando menos, de curiosidad y sin embargo, este extraño personaje transmitía una agradable sensación de paz y calma, además, él era un buen cantinero, uno que sabía que hay cosas que es mejor no preguntar, pues él había servido a asesinos, políticos, destacados miembros del hampa, y nada se valora mas que unos labios discretos y orejas prudentes.

-¿Crees que los difuntos sueñen con los vivos?- intereumpió repentinamente el pianista.

-Los fantasmas lo hacen- respondió desde atrás una voz joven, entró entonces una muchacha de largo cabello rojizo, apenas una adolescente, llena de perforaciones faciales, vestia una leñadora y unos jeans claramente pensados para hombres, procedió a sentarse junto al hombre, ordenó una cerveza, y encendió un cigarro, el dueño del local hizo ademán de prohibición, pero el pianista le detuvo sutilmente con un gesto mientras decía: 

-Si los fantasmas sueñan... si los fantasmas sueñan- suspiró, hizo una pausa y continuó, -Creo que he bebido suficiente, me retiro por hoy- acto seguido extendió un pequeño bulto de billetes al cantinero, que tras tomarlo le dijo a su cliente: 

-Un momento, aquí hay demasiado- 

-En absoluto- replicó el pianista- hay suficiente para mi trago, su cerveza y un taxi, después de todo ella no tiene un centavo en el bolsillo, buenas noches- hizo un ademan y desapareció calle abajo entre la noche.


El cantinero miró confuso a la joven, a quien encontró con una mezcla de estupefacción y verguenza juvenil, como si su rostro dijese "me atraparon", -voy a llamar un taxi- dijo mientras se daba la vuelta

-¿Quien es?, los ebrios de tu bar siempre son tan generosos?-

-En absoluto, después de todo, él siempre pide... un poco de Té-

Ambos se miraron con confusión


Mientras caminaba, el pianista seguía dandole vueltas a las palabras de la muchacha -Si los fantasmas sueñan... si los fantasmas sueñan... mientras los fantasmas sueñen-

Un ruido sordo lo despertó, se preguntaba si el cielo siempre había estado bajo sus pies, luego se dio cuenta de que el asfalto se acercaba peligrosamente a su cara

-va a doler- y en efecto así fue

-¿Esta bien?, ¡llamen a una ambulancia!- dijo una voz angustiada

-¡Ah, claro!, la calle, mi culpa, siempre olvido mirar a ambos lados, mi madre nunca me lo enseñó- dijo el pianista al levantarse ante la atónita mirada de un anciano

-No se preocupe- extendió algo de dinero al anciano- para las reparaciones, que tenga una buena noche- y nuevamente se alejó perdiéndose en la bruma crepuscular

-Espere gritó el hombre mayor- pero ya era tarde, pues el pianista ya no estaba al alcance de sus cansados ojos.


Una vez en su morada, el distraido se recostó sobre su diván, abrió su camisa y con tono de disgusto mezclado con aburrimiento dijo 

-Nada- seguido de un largo suspiro, 

-Si los fantasmas sueñan... es posible que nos visiten en la tierra de morfeo- musitó al levantarse, luego se miro al espejo en la pared, sostuvo un camafeo con la foto de una joven y la observó durante largo rato, unos músicos callejeros  tocaban en la acera, inundando el departamento con suave jazz melódico, perfecto para ña ocasión, y sosteniendo la imagen de la joven exclamó con voz seria

-Mientras tu esperas que nos reencontremos en el valle de Morfeo, yo me disculpo, ya que es una pena el saber que  los inmortales no puedan soñar...

domingo, 8 de septiembre de 2019


INTERPRETACIONES FILOSÓFICAS DESDE DIVERSOS ÁMBITOS.


La manera que tiene el hombre de concebirse a si mismo ha variado dependiendo de la época y el lugar de origen, por ejemplo, Platón consideraba al hombre como una existencia que venia de un mundo de ideas perfectas, el hombre en si es una idea que esta prisionera en un vehículo de carne, sin embargo Aristóteles propondría que tanto el alma como el cuerpo se necesitan mutuamente para conformar al ser humano.

A través del tiempo se ha permeado esta concepción, con personajes como santo Tomás de Aquino o San Agustin que percibieron al hombre desde una dimensión espiritual y jurídica, Kant llegarla a hablar del hombre dentro de la concepción de la mayoría y la minora de edad, e incluso también se ha podido abordar desde el psicoanálisis o las escuelas alemanas de filosofía como la de Nietzche .


CONCEPCIÓN DEL CONOCIMIENTO


Desde el siglo XIX bajo el auge del positivismo como corriente científica en Europa, la búsqueda del conocimiento se ha visto como un proceso en constante metamorfosis, pues si bien existe el conocimiento empírico, teórico, se ha postulado que puede existir un conocimiento basado en la fè, hasta este punto el conocimiento buscaba simplemente la "verdad", sin embargo tras el levantamiento de las clases burguesas como nuevos dirigentes de los modelos económicos, la búsqueda del conocimiento cambia su propósito, bajo este principio la investigación se ha centrado en la producción de conocimiento en lugar de la búsqueda del mismo.

Sin embargo el conocimiento se ha dividido en una serie de ramas ya que se establece que no todo el conocimiento puede ser cuantificado a través del método cientìfico y empiezan a aparecer nuevas maneras de interpretar el saber humano.


LA CONCEPCIÓN RELIGIOSA EN ORIENTE Y OCCIDENTE


La concepción religiosa entre oriente y occidente puede abordarse desde una perspectiva historicista, por ejemplo la expansión del cristianismo se logro bajo el gobierno del emperador Constantino I el grande, si bien se difundió en las diferentes provincias imperiales, tras la caída del imperio la iglesia católica  jugó un papel fundamental tanto mediando conflictos entre los estados emergentes, también fungió como entidad guardiana del conocimiento humano, pues con las invasiones barbaras y  los saqueos, las remotas abadías guardaron tomos de conocimiento y filosofía que pudieron preservar su existencia hasta hoy, en cuanto a la concepción de Dios en occidente, bajo el estandarte del cristianismo se nos habla de una única deidad protectora y vigilante que castiga los crímenes y premia las buenas acciones, este ser platea la existencia de la vida mas allá de la muerte y la inmortalidad del alma. 

Oriente se encuentra mas dividido respecto a concepciones religiosas, generalmente podemos hablar del Islam, cuyo patrón es Allah o Alà, en términos generales es bastante similar al dios judeocristiano en el ámbito de un solo ser supremo, creador y dueño de todo lo existente, encarnando el bien, sin embargo los rituales y evangelios difieren notablemente, aunque la biblia y el coràn comparten algunos pasajes y anécdotas, generalmente se oponen.

En india y china encontramos al budismo e hinduismo, la concepción de Buda no es la de un dios como tal, sino como un gran maestro que ha roto el eterno siclo de reencarnación, contraprincipio fuerte a las enseñanzas del hinduismo ya que bajo este principio los seres son partes de la consciencia del dios Shiva que se mueven por las corrientes del tiempo para finalmente morir, retornar a èl y migrar nuevamente en un eterno siclo de muertes y resurrecciones.